El pensamiento social de José Batlle y Ordoñez
Durante los cuatro años que mediaron entre sus dos presidencias (1907-1911) Batlle recorrió Europa con su familia. Desde allí enviaba artículos que se publicaban en el diario de su sector político (El Día) y que trataban temas que tendrían gran influencia en su pensamiento político y social: su admiración por la agricultura europea, su preocupación por las consecuencias sociales de la revolución industrial y las posibilidades de un gobierno colegiado.
Batlle pudo presenciar la agitación social que la revolución industrial había provocado en los países europeos. Volvió a Uruguay convencido de que estos conflictos podían prevenirse si el gobierno se adelantaba a resolver la "cuestión social".
La idea central que instrumentó fue la del "Estado árbitro". En tanto representante de todos los ciudadanos, el Estado debía mediar entre los intereses de los distintos grupos sociales. Este arbitraje, sin embargo, no iba a ser neutral. Su obligación era proteger a los más débiles, aquellos que tenían menos capacidad de defenderse solos: los trabajadores, las mujeres, los niños y los ancianos.
Por su preocupación por los más desfavorecidos se ganó el mote de "inquietista" y aún de socialista, si bien sus ideas no eran las del marxismo y las del anarquismo. Recibía con beneplácito la lucha de los obreros por sus reclamos y más de una vez tuvo por aliados a anarquistas y socialistas, aunque no creía en la lucha de clases ni en la determinación económica de la conducta humana. En términos ideológicos podría definirse como un liberal radical con un acentuado sentido de justicia social. El pensamiento y la voluntad que dieron forma a la legislación social del período, sin embargo, no fueron la obra de un solo hombre. El presidente tuvo junto a sí valiosos colaboradores; como Domingo Arena, por ejemplo, que actuaron como inspiradores y siempre apoyaron su gestión.
Batlle pudo presenciar la agitación social que la revolución industrial había provocado en los países europeos. Volvió a Uruguay convencido de que estos conflictos podían prevenirse si el gobierno se adelantaba a resolver la "cuestión social".
La idea central que instrumentó fue la del "Estado árbitro". En tanto representante de todos los ciudadanos, el Estado debía mediar entre los intereses de los distintos grupos sociales. Este arbitraje, sin embargo, no iba a ser neutral. Su obligación era proteger a los más débiles, aquellos que tenían menos capacidad de defenderse solos: los trabajadores, las mujeres, los niños y los ancianos.
Por su preocupación por los más desfavorecidos se ganó el mote de "inquietista" y aún de socialista, si bien sus ideas no eran las del marxismo y las del anarquismo. Recibía con beneplácito la lucha de los obreros por sus reclamos y más de una vez tuvo por aliados a anarquistas y socialistas, aunque no creía en la lucha de clases ni en la determinación económica de la conducta humana. En términos ideológicos podría definirse como un liberal radical con un acentuado sentido de justicia social. El pensamiento y la voluntad que dieron forma a la legislación social del período, sin embargo, no fueron la obra de un solo hombre. El presidente tuvo junto a sí valiosos colaboradores; como Domingo Arena, por ejemplo, que actuaron como inspiradores y siempre apoyaron su gestión.
RESPONDE
1- ¿Qué situación influenció su pensamiento?
2 ¿Qué debía hacer el gobierno para evitar los conflictos que se daban tras la industrialización?
3 ¿Por quienes debía prestar más atención el Estado según Batlle y Ordóñez?
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